El circuito consiste,
básicamente, en un oscilador de audio en
que la frecuencia de la señal y el punto
de funcionamiento dependen del grado de humedad
del sensor, o sea, de la resistencia que el mismo
encuentra en el contacto con una superficie.
Este sensor puede estar formado
por dos chapitas de metal o bien por dos esponjas
conductoras pegadas en la parte inferior de la caja
que alojará al aparato, como sugiere la fig.
1.
Si la resistencia fuera muy alta,
lo que ocurre con una superficie seca, o con muy
pequeña humedad (debe ser tenida en cuenta
la humedad ambiente en los días lluviosos,
para que no haya una falsa indicación) el
oscilador no funciona pues no hay polarización
para la base del transistor Q1.
Con una humedad relativamente baja
ya puede funcionar, pero su frecuencia será
también baja, lo que equivale a la producción
de una serie de "clics" en el parlante.
Pero si la humedad fuera elevada, la resistencia
puede caer al punto de que tengamos un sonido continuo
que será tanto más agudo cuanto mayor
sea su grado.
El contacto directo con agua ya
representa una resistencia muy pequeña, que
lleva al aparato a producir el tono más alto.
Por supuesto que en el caso de un contacto directo
con agua los electrodos deben ser secados antes
de una nueva prueba, lo que significa que el usuario
debe tener siempre a mano un trozo de tela con este
fin.
En la condición de no emisión
de sonido, o sequedad total, el consumo de corriente
del aparato será extremadamente bajo, lo
que significa que hasta incluso el interruptor general
puede ser eliminado.
El capacitor C2 influye en la frecuencia
de los sonidos que son emitidos en la prueba de
humedad.
Valores entre 22nF y 220nF pueden
ser experimentados en caso que el lector quiera
hacer modificaciones al proyecto. |