Antes de entrar
en el análisis circuital veremos algunos
conceptos relacionados a la física del sonido.
El primero y más importante es la presión
sonora. Recordemos que el sonido es la propagación
de una perturbación en el aire. El aire soporta
una cierta presión atmosférica del
orden de unos 100.000 Pascales (o 1.000 hectoPascales,
como dice el meteorólogo, para equipararlo
con los 1.000 mm de mercurio).
El sonido suma o resta presión
a la presión atmosférica establecida.
Supongamos un silbato de 6 Pa de presión,
hace que a nuestro oído llegue una diferencia
de presión de entre (1.000 - 6)= 994 Pa y
(1.000 + 6) = 1.006 Pa. Esta variación rítmica
de la presión atmosférica es lo que
conocemos por sonido.
Hay sonidos más fuertes
y otros más débiles, el menor sonido
que puede discernir un oído normal está
en el orden de los 0,00002 Pa (20uPa = microPascales
o millonésimas de Pascal) y el más
elevado en 20 Pa, donde se encuentra el umbral de
dolor. Esto da una diferencia entre el mayor y el
menor sonido de un millón de veces. Estas
cifras son incómodas de manejar, por lo que
se utiliza un sistema logarítmico conocido
como Nivel de Presión Sonora SPL (Sound Pressure
Level), con una referencia de 20uPa (el umbral de
audición) tenemos allí el 0dB y el
umbral de dolor está en el 120dB (20 Pa,
un millón de veces más fuerte).
Cuando intentamos grabar algo,
por ejemplo una orquesta, veremos que hay instrumentos
muy sutiles (violines, p.ej.) y otros que suenan
muy fuerte (timbales, p.ej.). La diferencia entre
el máximo nivel que se puede grabar y el
menor se llama rango dinámico y es una de
las características que diferencia un preamplificador
malo de uno bueno. En el umbral inferior el límite
del preamplificador es el ruido propio. Todo elemento
semiconductor genera un cierto ruido térmico
provocado por la recombinación de los electrones
de la juntura. Los transistores tienen en general
poco nivel de ruido, pero los integrados operacionales
comunes normalmente los cuadruplican, y aún
más con fuentes inductivas de baja impedancia
como son los micrófonos. En el otro extremo,
la mayor señal que se puede grabar se encuentra
con el recorte o clipping de la señal, cuando
el preamplificador ya no puede amplificarla más.
En este preamplificador se utilizan
en la entrada un par de transistores, que nos ofrecen
bajo ruido y no tienen problema con la impedancia
de entrada del micrófono. Se encargan de
dar una pequeña amplificación y de
elevar la impedancia a un valor que pueda manejar
el operacional, que es muy superior para amplificar
señales con ganancia y linealidad. Asimismo
la entrada es balanceada, para eliminar los ruidos
de masa.
En la figura 1 podemos ver un preamplificador
común, con una entrada a un micrófono
y masa. Allí vemos que junto con la señal
del micrófono se suma una señal de
ruido, que se induce en el chasis o el cable de
entrada del micrófono y es amplificada por
el dispositivo junto a la señal que nos interesa.
En la figura 2, por el contrario, la señal
es dividida y desfasada para entrar a un operacional.
Como sabemos, el operacional es un amplificador
diferencial, que amplifica la diferencia de las
señales. Como la señal de micrófono
Vm entra fuera de fase es amplificada, pero la señal
de ruido er entra en fase y es rechazada, obteniendo
en la salida solamente la señal de micrófono
Vm amplificada.
Si debemos utilizar este preamplificador
con un micrófono desbalanceado, solamente
debemos conectar la entrada - a masa.
Otra característica interesante
de este preamplificador, que vemos en detalle en
la figura 3, es el control de tono compuesto. Vemos
que el control de graves y agudos se realiza con
un operacional y el de medios con otro operacional
invirtiendo la fase 180 grados. Este sistema es
superior al convencional donde los tres controles
están conectados al mismo operacional porque
corrige las diferencias de fase que se producen
al pasar el sonido por los filtros que realzan o
atenúan las frecuencias, dando entonces un
sonido mas natural.
¿Cómo es esto de
las diferencias de fase? Veamos la figura 4 donde
analizamos un simple y elemental filtro paso bajo.
En el primer gráfico vemos que las frecuencias
agudas resultan proporcionalmente más atenuadas
y en el segundo vemos que la fase va cambiando a
medida que se eleva la frecuencia. Este efecto,
en un preamplificador complejo, hace que algunas
frecuencias se resten y otras se sumen, provocando
resonancias o atenuaciones indeseadas, que modifican
el timbre de la señal original. Este defecto
se conoce como coloración.
Otro detalle importante es que
antes del control de tono tenemos un HPF (High Pass
Filter) o filtro paso alto, que atenúa todas
las frecuencias inferiores a 40 Hz. Este filtro
se intercala para eliminar las frecuencias subsónicas
que el oído humano no escucha pero hace desplazar
el cono de los altoparlantes a niveles peligrosos,
recalentando los transistores finales. Atenúa
asimismo el “popeo” al hablar cerca
del micrófono y los ruidos del viento en
emisiones al aire libre. Recuerden utilizar capacitares
de poliéster de buena calidad para el filtro.
El preamplificador cuenta con una
fuente partida regulada. En el caso de querer armar
una consola mezcladora con varios de estos dispositivos
podremos utilizar una sola fuente cada seis preamplificadores,
esto es: montamos los componentes de la fuente sólo
en una plaqueta y a las otras cinco les conectamos
la masa, el positivo y el negativo con sendos cablecitos
que tomamos de la salida de los reguladores.
En la figura 5 tenemos el dibujo
de la placa de circuito impreso y el detalle de
la ubicación de los componentes sobre la
plaqueta.
Un detalle práctico a tener
en cuenta en el montaje, es medir los transistores
con un multímetro antes de conectarlos, porque
hemos encontrado transistores BC548 de dudosa procedencia
que vienen con las patitas mal distribuídas.
Si no consiguen de los buenos prueben adquirir BC546
y BC556.
En la figura 6 les ofrezco un circuito
para avisar que se está por superar la capacidad
de amplificación del dispositivo. Normalmente,
la salida de este tipo de aparatos es de +4dBu (1,23V
sobre 600 ohms) y lo máximo que puede amplificar
es 23dBu =12V (la tensión de fuente). Por
lo que decimos que el equipo tiene un margen de
sobrecarga o headroom de casi 20dB. En este caso,
si el LED enciende (en la jerga “pica”que
es un verbo inventado por los sonidistas para expresar
que enciende la luz de “peak”) no significa
que esté distorsionando, pero sí lo
hará a los próximos 10dB (3,16 veces
más).
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